Por: Jennifer Pochne

Desde hace un tiempo, muchas parejas recurren a la reproducción asistida para lograr un embarazo luego de intentarlo sin éxito de forma natural. Mediante distintas técnicas (FIV o ICSI), y utilizando gametas (óvulos y espermatozoides) de los pacientes, es posible obtener en el laboratorio una serie de embriones. En la actualidad se dispone de diferentes herramientas, cada vez más sensibles y específicas, que pueden ser utilizadas para el diagnóstico genético de los embriones antes de ser transferidos. El principal objetivo de estas técnicas es permitir a los embriólogos seleccionar aquellos embriones que tengan una mayor probabilidad de dar lugar a un bebé sano.

El análisis de los embriones permite identificar distintos tipos:

  • Embriones euploides (cuya carga cromosómica es correcta), que son los mejores candidatos para ser transferidos.
  • Embriones aneuploides (cuya carga cromosómica es mayor o menor de lo normal), que suelen ser descartados para su transferencia. 
  • Embriones que presentan un fenómeno que ocurre denominado mosaicismo cromosómico.


La identificación de los denominados embriones mosaico ha generado una enorme controversia en el marco de la comunidad científica, dentro de la cual han surgido distintas posturas y opiniones en contra o a favor de su uso para ser transferidos a una mujer. Este tema es actualmente investigado por diferentes grupos, que buscan aportar claridad al respecto. Pero para adentrarnos en los últimos hallazgos, primero debemos entender qué es el mosaicismo embrionario.

¿Qué es el mosaicismo embrionario?

El genoma humano tiene unos 20.000 genes que se encuentran repartidos en cromosomas. Cada célula humana posee 46 cromosomas, mitad de origen paterno y mitad de origen materno. Para tener un desarrollo adecuado, el ser humano necesita desde su etapa embrionaria que su número de cromosomas sea normal. De hecho, la presencia de alteraciones en el número de cromosomas por exceso o defecto, denominadas aneuploidías, es una de las principales causas de fallos en la implantación del embrión en el útero materno, abortos, o nacimientos de niños con distintos problemas sistémicos o malformaciones.

Aunque inicialmente podría pensarse que los embriones solo pueden ser euploides o aneuploides, esto no ocurre así. De hecho, según el momento en el que se produce el error en la segregación de cromosomas que las provoca, las aneuploidías pueden presentarse en todas las células del embrión o solo en una porción de este. El mosaicismo embrionario consiste justamente en lo que ocurre en este último caso, en el cual el embrión posee una mezcla de células cromosómicamente normales y anormales (para uno o varios cromosomas).

El fenómeno del mosaicismo embrionario ocurre debido a una mala separación de los cromosomas durante la división celular del embrión, y no parece estar asociada a ningún factor materno o paterno. Los estudios realizados hasta la fecha indican que alrededor de un 20% de los embriones humanos presentan mosaicismo cromosómico. Además, las investigaciones muestran que las células aneuploides para un determinado cromosoma pueden encontrarse en un porcentaje que va desde el 20% al 80% del total de las células del embrión.

Al considerar un embrión cuyas células no tienen la carga genética correcta podría hacernos creer que este es irremediablemente inviable. Sin embargo, al día de hoy ya no hay dudas que los embriones diagnosticados como mosaico tienen una capacidad de implantar y dar lugar a un embarazo evolutivo algo inferior a los embriones no mosaico, pero nada despreciable. Pero, ¿cómo es esto posible?

Existen distintas explicaciones para justificar la viabilidad de los embriones mosaico. Por un lado, pareciera ser que estos embriones tienen la capacidad de “corregir” de alguna forma las células anómalas, o que estas simplemente se dividen más lentamente que el resto y terminan desapareciendo, dando lugar a un embrión completamente normal. Además, el efecto de un mosaico se atenúa dependiendo de la etapa embrionaria en la que se establece y la línea embrionaria que afecta (ectodermo, mesodermo o endodermo). Por su parte, otra teoría plantea que las células con anomalías cromosómicas se localizan exclusivamente en la capa externa del embrión y no en la masa celular interna (MCI) que daría lugar al futuro bebé y, por lo tanto, no tendrían impacto en el desarrollo normal del individuo. Si bien estas son las explicaciones más aceptadas hasta el momento, los motivos que explican por qué algunos embriones mosaico son capaces de dar lugar a un futuro bebé y otros no aún siguen siendo objeto de estudio al día de hoy.

Los embriones pueden clasificarse en función del tipo de mosaicismo que los afecta.

Mosaicismo embrionario: ¿qué hacer con estos embriones?

Hasta el momento hemos definido en qué consisten los embriones mosaico, y hemos explicado también su potencial viabilidad. Si bien es cierto que los embriones mosaico tienden a provocar un mayor porcentaje de abortos tempranos que los embriones normales, alrededor de un 30% de ellos resultan en un embarazo viable. Un porcentaje que, a la hora de tomar decisiones críticas, no resulta para nada despreciable. En este contexto, las preguntas que surgen son prácticamente obvias: ¿cómo se debe proceder con estos embriones? ¿Son todos ellos buenos candidatos para ser transferidos?

En primer lugar, es fundamental resaltar que los embriones mosaico, solo deben considerarse candidatos a ser transferidos en aquellos casos en los que no existan embriones normales disponibles para transferir, y en caso de usarlos, siempre debe acompañarse de un adecuado asesoramiento genético a los pacientes previo a la transferencia.

Dicho esto, el segundo punto a tener en cuenta es que no todos los embriones mosaico son iguales. Los últimos estudios en este tema indican que determinar el grado de mosaicismo de un embrión es un punto fundamental para decidir si este podría ser candidato a ser transferido.

Por ejemplo, en el estudio realizado por Capalbo y colaboradores (2021), los investigadores concluyen que en “la mayoría de los casos, la detección de mosaicismo de bajo o medio grado en una biopsia de trofoectodermo refleja un estado de aneuploidía muy concentrada, en lugar de una distribución aleatoria por todo el embrión”* . Además, en este mismo estudio el equipo detectó que los embriones con mosaicismo de grado bajo o medio no mostraron un peor rendimiento en cuanto a la tasa de nacimientos, pérdida gestacional o anomalías cromosómicas en los recién nacidos. Los investigadores señalan que este resultado no sería el esperado en los embriones con mosaicismo de grado alto, donde el efecto de la aneuploidía posiblemente tendría mayores consecuencias, aunque este tipo de embriones no pudieron ser evaluados ya que su transferencia de en mujeres no hubiera sido ética.

Entonces, ¿es correcto utilizar embriones mosaico, siempre que su grado de mosaicismo no sea elevado? Lo que se concluye en base a las últimas investigaciones es que los embriones mosaicos de bajo y medio grado tienen un potencial reproductivo similar al de los embriones euploides, por lo que, en principio, no habría motivos para que fueran descartados en las clínicas reproductivas.

Si bien estos últimos hallazgos son esperanzadores y dan “luz verde” para la utilización de una mayor cantidad de embriones que podrían ser potenciales bebés, siempre es importante que los profesionales actúen de manera cautelosa. Nunca debe perderse de vista que el mosaicismo, aunque sea de bajo grado, no deja de ser un fenómeno que se sale de la norma. Por lo tanto, hasta que no se conozca más sobre este evento biológico y sus consecuencias, es conveniente tener una serie de precauciones en caso de que el embarazo se logre a partir de un embrión mosaico, como las siguientes:

  • Llevar a cabo un mayor seguimiento ecográfico y bioquímico a lo largo del embarazo;
  • La recomendación de realizar de un test prenatal no invasivo (NIPT) para detectar cualquier posible anomalía en el feto antes del nacimiento;
  • Evaluar la realización de una amniocentesis para confirmar que el cariotipo del feto es normal, en caso que el médico lo sugiera.


Además de estas consideraciones, siempre debe tenerse en cuenta que los pacientes deben contar con todo el apoyo profesional y el correcto asesoramiento genético que necesitan para que ellos puedan tomar sus propias decisiones.

*Referencia: Capalbo A, et al. Mosaic human preimplantation embryos and their developmental potential in a prospective, non-selection clinical trial. Am J Hum Gen. 2021. DOI: https://doi.org/10.1016/j.ajhg.2021.11.002

Mosaicismo embrionario

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