Por: Jennifer Pochne
El 7 de diciembre de 1997, el mundo despedía a Torbjörn Oskar Caspersson, un gran citólogo y genetista nacido el 15 de octubre de 1910 en la ciudad sueca de Motala. Si bien realizó diversas contribuciones en su campo de estudio, este científico es conocido por haber estandarizado el primer método de bandeo cromosómico utilizando un fluorocromo llamado quinacrina que hoy conocemos como “Bandeo Q”.
Caspersson ingresó en la Universidad de Estocolmo donde estudió medicina y biofísica. Terminado su doctorado en 1936, tomó un puesto en el Instituto Karolinska de Estocolmo, en donde permaneció durante toda su carrera. Desde 1945 se desempeñó como jefe del departamento de investigación celular y genética, creado en el Medical Nobel Institute en Karolinska, hasta su jubilación y retiro en el año 1977.
Las contribuciones de Caspersson a la ciencia, fundamentalmente dentro del campo de la biología y la genética, fueron importantes y numerosas. En 1934, cuando aún se encontraba dando sus primeros pasos en su carrera, trabajó con Einar Hammarsten y demostraron que el ADN era un polímero compuesto por pequeñas subunidades repetitivas, desterrando las teorías anteriores que sugerían que cada molécula tenía solo diez nucleótidos de longitud.
En su tesis doctoral, Caspersson estudió por primera vez el material genético dentro de una célula utilizando un microscopio ultravioleta para determinar el contenido de ácido nucleico de estructuras celulares como el núcleo y el nucléolo. Más adelante, entre 1937 y 1939, trabajó con Jack Schultz en la síntesis de proteínas en las células. Como resultado publicaron el trabajo en el cual explican que las células que producen proteínas son ricas en ácidos ribonucleicos (ARN), que implica que la presencia de ARN es necesaria y determinante para producir proteínas. Este gran descubrimiento fue plasmado en su libro “Cell Growth and Cell Function”, publicado en 1950.
En 1969, trabajando junto con Lore Zech descubre que una tintura (mostaza de quinacrina) hacía que los cromosomas mostraran bandas laterales claras y oscuras a lo largo de su longitud. En la actualidad este método de bandeo es conocido como “bandeo Q” (por la quinacrina) sigue siendo utilizado para la identificación precisa de los 22 autosomas y los cromosomas X e Y. Además, esta técnica permite visualizar ligeras anomalías estructurales y la identificación específica de los cromosomas adicionales involucrados en afecciones como el síndrome de Down.
En 1979 Caspersson recibió el Premio Balzan de Biología «Por sus estudios fundamentales sobre el metabolismo de las proteínas y los ácidos nucleicos, que culminaron en un método para identificar bandas específicas en cromosomas individuales mediante microscopía ultravioleta, creando así una nueva herramienta para el estudio de la evolución» (cita textual de la motivación del Comité del Premio General Balzan).