Podemos pensar en el codón como el alfabeto con el que se escriben las
palabras y las frases en el idioma genético. Son combinaciones de tres nucleótidos
que indican la producción de un aminoácido específico.
De la misma manera que el código genético, los codones se caracterizan por
su universalidad y redundancia. Existen 64 combinaciones posibles de codones, pero

sólo 20 aminoácidos, esto significa que varios codones pueden codificar para el
mismo aminoácido.
Algunos codones tienen funciones especiales. Por ejemplo, el codón AUG
sirve como señal de inicio para la síntesis de proteínas, mientras que UAA, UAG y
UGA son codones de parada, indicando el final de la cadena de aminoácidos.
Actualmente, el estudio de codones de parada se utiliza para detectar mutaciones, ya
que cuando ésto ocurre se producen proteínas anormalmente largas.
Los científicos creen que los primeros codones pudieron haber surgido hace
más de 3,5 mil millones de años, en los comienzos de la vida en la Tierra.