En términos simples, el polimorfismo se refiere a la existencia de múltiples
formas o variaciones genéticas dentro de una población, causadas por mutaciones
en el ADN. Este fenómeno es crucial en genética y biología evolutiva, ya que
representa la diversidad génica que encontramos en la naturaleza.
El polimorfismo es la base de la diversidad genética que permite a las
especies adaptarse a entornos cambiantes y evolucionar a lo largo del tiempo.
Además de ser ampliamente utilizado en genética de poblaciones y evolutiva,
también tiene aplicaciones prácticas en campos como la medicina y la agricultura. En
medicina, el estudio de variantes genéticas puede ayudar a comprender la
predisposición génica a enfermedades y a personalizar tratamientos médicos. En
cuanto a la agricultura, el estudio de polimorfismos es crucial para la mejora genética
de cultivos y ganados, permitiendo desarrollar variedades resistentes a
enfermedades y condiciones ambientales adversas.