La adenina es una de las cuatro bases nitrogenadas que conforman el ADN, la
molécula de la herencia. Podemos imaginar al ADN como un libro gigante donde se
escriben las instrucciones de la vida, y la adenina es una de las letras que forman
ese libro, junto con sus compañeras guanina (G), citosina (C) y timina (T) ¡Cada uno
de nosotros tiene una biblioteca genética única!
Podemos pensar que la adenina es como una pieza de Lego en el ADN. Se
empareja con la timina en una relación perfecta, mientras que la guanina se une a la
citosina. Este emparejamiento es crucial para la replicación del ADN, el proceso por
el cual nuestras células se duplican para crecer y repararse. Además, es importante
destacar que, la adenina no solo es una pieza de ADN, sino que también, es parte
fundamental de algo llamado ATP, o trifosfato de adenosina, ¿Te suena familiar, no?.
El ATP es la moneda energética de nuestras células. Cuando necesitas mover un
músculo, pensar o incluso parpadear, estás utilizando el ATP, y la adenina es un
componente clave en su estructura.