El ADN mitocondrial es una forma especial de ADN que se encuentra en las
mitocondrias, es decir, en aquellas organelas que funcionan como las pequeñas
centrales de energía en nuestras células. A diferencia del ADN nuclear, que
heredamos de ambos padres, el ADN mitocondrial se hereda exclusivamente a
través de la madre, estableciendo así una conexión hereditaria singular, conocida
como “herencia materna”. Esta característica lo convierte en un rastreador de linaje
materno excepcional, como un testigo molecular de la historia familiar.
Ahora bien, ¿por qué es tan interesante? El ADN mitocondrial es una molécula
muy antigua que alberga información clave sobre nuestra ascendencia. Se cree que
todos los seres humanos comparten un ancestro común en un punto remoto de la
historia.
Desde una perspectiva profesional de la salud, el ADN mitocondrial tiene
aplicaciones relevantes. Se utiliza, por ejemplo, en medicina forense para identificar
restos humanos y establecer relaciones familiares. Además, su estudio es
fundamental en el diagnóstico de enfermedades mitocondriales, como por ejemplo, el
Síndrome de Leigh.