El antisentido, también conocido como la hebra antisentido o hebra
complementaria, es la secuencia de ADN que es la «hermana espejo» de la hebra
codificante convencional. Mientras que la hebra codificante contiene las instrucciones
para la síntesis de proteínas, el antisentido es su contraparte complementaria,
actuando como un duplicado en sentido inverso. Esta complementariedad permite
que ambas hebras se unan de manera específica. Por ejemplo, si la secuencia de la
hebra codificante es «ATCG», la del antisentido será «TAGC».
La hebra antisentido desempeña un papel crucial durante la síntesis del ARN,
dado que, las proteínas encargadas de este proceso leen la hebra antisentido para
generar una hebra sentido del ARNm, es decir, la complementaria que coincide con
la codificante. Además, tiene un rol fundamental en la regulación de la expresión
génica; puede unirse a la hebra codificante y formar estructuras de doble cadena,
impidiendo la lectura de la información genética o promoviendo su degradación.
El uso de ADN antisentido se ha convertido en una herramienta valiosa en la
biología molecular y la medicina. Algunos ejemplos notables de su aplicación
incluyen su empleo en investigación de terapia génica y en el desarrollo de fármacos
que regulen la expresión génica, lo que podría conducir a tratamientos más precisos y personalizados.