El fijador es una solución química diseñada para detener los procesos
biológicos en las células y tejidos, evitando la degradación y manteniendo su
morfología y composición intactas. Es fundamental para la observación microscópica,
ya que este tipo de muestras son inherentemente dinámicas y pueden sufrir
alteraciones rápidas y significativas después de la extracción.
El fijador actúa de varias maneras. En primer lugar, desnaturaliza las
proteínas, impidiendo que las enzimas y otros agentes biológicos alteren la
estructura celular. A su vez, interrumpe los procesos de autolisis y putrefacción al
estabilizar las membranas celulares y mantener la integridad de las organelas. Esto
garantiza que las muestras conserven su apariencia y características bioquímicas
durante el proceso de preparación y análisis microscópico.
En el campo de la citogenética existen diferentes tipos de fijadores, cada uno
con sus propias características y aplicaciones específicas. Por ejemplo, el fijador de
Carnoy, compuesto principalmente por alcohol y ácido acético, es ideal para
preservar los cromosomas en tejidos sólidos, como biopsias de tejido tumoral.