Un haplotipo es en su esencia, el conjunto de marcadores genéticos que se
heredan juntos y que revelan una porción única de la historia genética de una familia
o población. En el escenario biológico, el haplotipo se manifiesta como un conjunto
específico de alelos en varios genes ubicados en el mismo cromosoma. Cada
haplotipo es único para un individuo, a menos que haya heredado exactamente el
mismo haplotipo de ambos padres, lo que es poco común debido a la recombinación
genética.
Al estudiar los haplotipos en poblaciones humanas, los científicos pueden
rastrear migraciones, patrones de apareamiento y adaptaciones evolutivas a lo largo
del tiempo. Es como descifrar un antiguo mapa genético que nos lleva a través de los
siglos.
En la investigación médica, los haplotipos son cruciales para comprender la
predisposición genética a enfermedades. Al identificar combinaciones específicas de
alelos asociadas con ciertas condiciones, se puede prever el riesgo genético y
desarrollar enfoques de prevención y tratamiento personalizados. Por otro lado,
también desempeñan un papel importante en la farmacogenómica, donde la
variabilidad genética entre individuos puede influir en la respuesta a medicamentos.
Comprender los haplotipos puede ayudar a adaptar tratamientos farmacológicos
según la predisposición genética de cada paciente.