En términos sencillos, un heterocigoto se refiere a un organismo que posee
dos alelos diferentes para un gen específico en un par de cromosomas homólogos.
Esto significa que hay una combinación de alelos distintos en cada cromosoma, uno
proveniente del padre y otro de la madre.
El término «heterocigota» se opone al de «homocigota», donde ambos alelos
son idénticos. En la naturaleza, la diversidad genética generada por la heterocigosis
es fundamental para la evolución y la adaptación de las especies a su entorno
cambiante. La recombinación genética durante la reproducción sexual es un proceso
que promueve la formación de individuos heterocigotos, aumentando así la
variabilidad genética dentro de una población.
En cuanto a las aplicaciones, entender la heterocigosis es crucial en la cría
selectiva de plantas y animales para mejorar características deseables, como el
rendimiento de los cultivos o la resistencia a enfermedades. Además, en medicina, el
conocimiento de la heterocigosis es fundamental para comprender la herencia de
enfermedades genéticas y para el asesoramiento génico en familias con riesgo de
transmitir trastornos hereditarios.
En muchos casos, la descendencia de padres heterocigotos puede exhibir un

rendimiento fenotípico superior en comparación con la descendencia de padres
homocigotos. Este fenómeno, conocido como heterosis o vigor híbrido, destaca la
ventaja que tienen los individuos heterocigotos para una característica en particular.