Los genes ligados al X son aquellos que residen en el cromosoma X y que
pueden tener implicaciones particulares en la herencia y la expresión génica. Las
mujeres, al tener dos cromosomas X, tienen dos copias de estos genes, mientras
que los hombres, con un cromosoma X y un cromosoma Y, tienen una sola copia.
Esto lleva a una dinámica genética peculiar y a la expresión diferencial de genes
ligados al X entre ambos sexos.
En los hombres, un solo gen en este cromosoma puede tener un impacto más
pronunciado, ya que no hay una segunda copia para compensar posibles
mutaciones. En cambio, las mujeres tienen una capacidad única para ser
«portadoras» de mutaciones en este tipo de genes. Debido a su doble dosis de
cromosomas X, una copia sana puede compensar la presencia de una copia
defectuosa, proporcionando una especie de «red de seguridad» genética. En este
contexto, pensemos en el daltonismo, una condición hereditaria que afecta la
percepción del color. El gen responsable del daltonismo está ubicado en el
cromosoma X, y su herencia sigue un patrón recesivo ligado al X. En consecuencia,
los hombres tienen mayor probabilidad de expresar el daltonismo si heredan el alelo
mutado, mientras que las mujeres, pueden ser portadoras sin manifestar la condición
en sí mismas.
En la investigación médica, comprender el estudio de genes ligados al X es
esencial para abordar enfermedades genéticas, y así desarrollar estrategias
terapéuticas y comprender la variabilidad de los síntomas. Por otro lado, en la
genética forense, el análisis de marcadores ligados al X ha demostrado ser útil en
casos donde se requiere identificación y reconstrucción de linajes familiares.
¿Sabías que los gatos calicó, esos felinos pintorescos con manchas de tres

colores contrastantes, son el resultado de la inactivación aleatoria del cromosoma X
en las células de las hembras? Este fenómeno, conocido como la hipótesis de Lyon,
añade un toque de misterio y belleza a la danza genética del cromosoma X.