Imaginemos al marco abierto de lectura como un libro cuyas páginas están
compuestas por los «tripletes de bases» del ADN. Cada triplete, llamado codón, actúa
como una palabra que, leída en el contexto de la secuencia, forma instrucciones para
la síntesis de proteínas. En el campo de la genómica, un marco abierto de lectura se
define como una sección de una secuencia de ADN que carece de un codón de
terminación, que es esencialmente una señal de parada. Los codones representan
unidades de información genética, codificando para un aminoácido específico o
indicando el final de la síntesis de proteínas. De los 64 codones diferentes, 61
especifican aminoácidos y 3 sirven como codones de terminación. Por lo tanto, un

marco abierto de lectura largo es comúnmente una parte de un gen, es decir, una
secuencia que codifica directamente una proteína.
Una característica destacada del marco abierto de lectura es su capacidad
para ser leído en tres direcciones: de izquierda a derecha, de derecha a izquierda o
en direcciones opuestas. Esta versatilidad permite a los científicos identificar
regiones de codificación de proteínas en el ADN.
En la investigación médica, su estudio es crucial para comprender la función
de genes específicos. Identificar y analizar estos marcos proporciona información
sobre las proteínas que producen y cómo estas contribuyen a la salud o a
enfermedades hereditarias. En la ingeniería genética, los científicos pueden
manipular marcos abiertos de lectura para introducir genes candidatos en
organismos, con aplicaciones que van desde la producción de medicamentos hasta
la mejora de características en cultivos.
¿Sabías que no todos los marcos abiertos de lectura codifican proteínas?
Algunos desempeñan funciones regulatorias o de señalización en lugar de servir
como instrucciones para la síntesis de proteínas, añadiendo una capa de
complejidad y versatilidad al lenguaje genético.