Pensemos en el ADN como un libro de instrucciones para construir y
mantener un organismo. Las mutaciones son como errores tipográficos en ese libro.
Pueden ocurrir de diferentes maneras: puede ser que una letra se cambie por otra,
se inserte una nueva letra o se elimine una existente. Ahora, la mayoría de las veces,
estas mutaciones son neutrales, es decir, no tienen un impacto significativo. Sin
embargo, algunas pueden ser beneficiosas, ayudando a la adaptación y evolución de
una especie, mientras que otras pueden ser perjudiciales, causando enfermedades
genéticas.
Las mutaciones tienen un papel crucial en la biotecnología y la medicina. En la
agricultura, se utilizan para desarrollar cultivos más resistentes a las enfermedades o
con mejores características nutricionales. En la medicina, las investigaciones sobre
mutaciones nos permiten comprender mejor enfermedades genéticas y desarrollar

tratamientos más precisos, como la terapia génica. Por ejemplo, se ha descubierto
que ciertas mutaciones pueden ser la causa de distintos tipos de cáncer, donde un
pequeño cambio en un gen puede desencadenar un crecimiento celular
descontrolado, dando lugar a la formación de tumores.
Es fascinante ver cómo algunas mutaciones pueden ser la base de la
evolución. Por ejemplo, en la resistencia a antibióticos, que se da cuando una
bacteria muta y desarrolla resistencia a ese fármaco preciso. Esta mutación puede
transmitirse a las generaciones siguientes, creando poblaciones de bacterias
resistentes.