En el vasto escenario de la genética, donde las moléculas entrelazan su
danza cósmica, el Southern Blot emerge como un maestro de la detección exacta y
la separación meticulosa del ADN. Su fundamento se basa en el uso especial de
geles y sondas de ADN para desentrañar la presencia de fragmentos de este ácido
nucleico con una precisión casi quirúrgica.
Comienza con la extracción meticulosa del ADN de la muestra, seguida de su
separación por electroforesis en un gel. Luego, como un maestro de ceremonias, el
ADN se transfiere a una membrana de nitrocelulosa o nylon. En el clímax de esta
danza genética, llegamos a la fijación e hibridación, donde la membrana se convierte
en el lienzo para una sonda de ADN marcada, que busca y se une a su pareja
genética en un abrazo molecular. Finalmente, la detección de la sonda revela la
presencia de los fragmentos de ADN de interés, permitiendo que los científicos

cuantifiquen la muestra.
Esta técnica se ha convertido en un detective infalible, utilizado para estudiar
la estructura del ADN, analizar patrones de metilación, y explorar la presencia de
secuencias específicas asociadas a enfermedades genéticas.