En su esencia, lo congénito se refiere a aquello que está presente desde el
inicio, inscrito en el código genético desde el principio de los tiempos. Es como si la
biología nos otorgara un manual de instrucciones desde el comienzo. En el ámbito de
la genética, los cimientos de nuestra existencia se establecen antes de que demos
nuestro primer suspiro. Los rasgos congénitos son heredados, legados de
generación en generación, como una tradición escrita en la secuencia de ADN que
nos define.
En medicina, la comprensión de los factores congénitos es crucial para
diagnosticar y abordar enfermedades genéticas. La biología forense, por otro lado,
encuentra en lo congénito una huella única e inalterable que puede revelar la
identidad de un individuo.
¿Sabías que las huellas dactilares son congénitas? Cada ser humano lleva
consigo un diseño único y distintivo desde el momento de su nacimiento. Es como si
la naturaleza nos dotara de una firma genética visible en la palma de nuestras
manos, inscribiendo nuestra identidad desde el principio.