El Giemsa es un colorante vital utilizado en microbiología y biología celular
para teñir preparaciones biológicas, en particular muestras de sangre y frotis de
tejidos. Su funcionamiento radica en su capacidad para unirse selectivamente a
ciertos componentes celulares, lo que permite visualizar estructuras específicas bajo
el microscopio. En el campo de la citogenética es muy utilizado ya que revela la
morfología básica de los cromosomas.
Los colorantes azur, que poseen una naturaleza básica, encuentran su hogar

en los ácidos nucleicos como el ADN y el ARN, tejiendo una manta de colores azules
oscuros o púrpuras sobre los núcleos y nucleolos de las células. En contraste, la
eosina, un colorante ácido, se une a las proteínas que adornan el citoplasma,
bañando este entorno celular en tonos rosados o anaranjados. La magia de la tinción
de Giemsa se despliega al permitir la distinción entre los majestuosos paisajes
nucleares y los vibrantes paisajes citoplasmáticos.
Un dato interesante sobre la tinción Giemsa es su capacidad para resaltar las
regiones ricas en adenina-timina (AT) en el ADN, dando lugar a un patrón de bandas
característico. Esta distinción de bandas permite una identificación precisa de
cromosomas específicos y facilita el análisis de su estructura y contenido genético.