El knockout genético es una técnica que empuja los límites de la genética
experimental. Básicamente, implica desactivar o eliminar un gen específico para
estudiar los efectos que esta ausencia tiene en el organismo, revelando así las
funciones y conexiones genéticas. Este apagado selectivo de la expresión de un gen
puede lograrse mediante la introducción de mutaciones y/o la eliminación o la
introducción de fragmentos de ADN que inhiban la función normal del gen.
Caracterizado por su minuciosidad quirúrgica, puede lograrse de varias
maneras, pero una de las técnicas más revolucionarias es la edición génica mediante
CRISPR-Cas9. Este sistema de tijeras moleculares permite a los científicos dirigirse
con precisión a un gen específico y cortarlo, dejando una marca indeleble en el
código genético del organismo.
Desde estudios en modelos de ratón que revelan los misterios de
enfermedades humanas hasta la ingeniería de cultivos agrícolas más resistentes a
las plagas, el knockout genético ha expuesto secretos que de otro modo habrían
permanecido ocultos en el laberinto del ADN.
Esta técnica ha llevado a descubrimientos sorprendentes sobre la redundancia
funcional en los genomas. En algunos casos, la ausencia de un gen específico no
tiene un impacto drástico debido a la compensación por parte de otros genes,
revelando la complejidad y la flexibilidad de la biología.