La monosomía, en el contexto genético, es una condición peculiar y
sorprendente que ocurre cuando falta un cromosoma de un par homólogo en una
célula. Esencialmente, se manifiesta cuando una célula tiene solo una copia de un
cromosoma en lugar de las dos habituales. En humanos, un ejemplo bien conocido
es el Síndrome de Turner, donde las mujeres afectadas presentan monosomía en el
par de cromosomas sexuales, siendo uno de los cromosomas X el ausente.
Esta ausencia cromosómica puede tener consecuencias significativas, ya que
la información genética contenida en ese cromosoma particular no está presente en
cantidad suficiente. Es como si una sección crucial de la partitura genética estuviera
silenciada, alterando el flujo normal de la sinfonía biológica.
En el ámbito clínico, comprender la monosomía es esencial para abordar
condiciones genéticas y sus implicaciones. Por ejemplo, puede desencadenar
procesos que contribuyen al desarrollo de ciertos tipos de cáncer.