Aunque a menudo pensamos en los rasgos como determinados por un solo
gen, muchos de ellos están influenciados por múltiples genes en lo que se conoce
como poligenia. A diferencia de los rasgos mendelianos simples, los poligénicos no
siguen un patrón hereditario de «dominante» o «recesivo». Más bien, la contribución
combinada de múltiples genes da como resultado una variación continua en la
expresión del rasgo.
Por ejemplo, la altura, el peso y la inteligencia son rasgos influenciados por la
interacción de múltiples genes y factores ambientales. La variación en el color de la
piel es otro claro ejemplo de un rasgo poligénico, donde diferentes genes influyen en
la producción y distribución de melanina, determinando la tonalidad de la piel.
La rama de la genética que estudia estos rasgos se denomina genética
cuantitativa. En el ámbito agrícola, muchos rasgos de interés, como el rendimiento de
los cultivos, la resistencia a enfermedades y la calidad del producto, están
influenciados por múltiples genes. Comprender la genética de estos rasgos ayuda a
los mejoradores de plantas a desarrollar variedades con características mejoradas
mediante la selección de individuos con marcadores genéticos favorables. En el
campo de la medicina y la salud humana, entender la genética cuantitativa de
enfermedades poligénicas como la diabetes, la hipertensión y la obesidad, contribuye
al diagnóstico temprano y al pronóstico y desarrollo de tratamientos personalizados.